Rafael Nadal, Kilian Jornet, Jakob Ingebrigtsen, Kristian Blummenfelt…

¿Conoces a estos deportistas? Me imagino que sí. ¿Qué tienen en común? Todos tienen una genética privilegiada pero…

¿Los éxitos que han conseguido son gracias a sus genes o porque han entrenado como animales?.  

El eterno debate del trabajo vs. genética. Te voy a contar una historia real sobre unos gemelos que seguro que te hará reflexionar. Y te lo cuento de primera mano, ya que tengo dos hermanas gemelas. Si creciendo juntas son diferentes, imagina si se hubieran criado en familias diferentes. 

Unos hermanos gemelos idénticos que se sometieron a una serie de pruebas en el Centro de Rendimiento Deportivo de la Universidad Estatal de California en Fullerton eran bastante diferentes.  

Uno era un amante de los deportes de resistencia de 52 años que trabajaba como entrenador de atletismo en la escuela secundaria, competía regularmente en maratones y triatlones, y registraba 63,458 kilómetros de carrera a a pie entre 1993 y 2015.  

El otro era un camionero que no hacía ejercicio en absoluto.  

Katherine Bathgate (coautora de un nuevo estudio de la prestigiosa European Journal of Applied Physiology) fue la que empezó a estudiar las diferencias físicas que se acumularon entre los hermanos a medida que sus estilos de vida divergieron durante más de 30 años.  

Los resultados, al igual que otros estudios de gemelos, remarcan la capacidad que tiene el cuerpo de adaptarse.

Tus genes importan, pero lo que haces con ellos puede importar más aun.  

Las diferencias externas eran las más evidentes. El gemelo no entrenado pesaba 10kg más, concretamente de grasa, ya que una exploración de rayos X mejorada mostró que tenían básicamente la misma cantidad de músculo.

 El gemelo entrenado también obtuvo mejores resultados en una larga lista de medidas de salud: frecuencia cardíaca en reposo 30% más baja, presión arterial, colesterol y azúcar en sangre más bajos….  

Pero la mayor sorpresa se escondía dentro de sus músculos. Todos tenemos una mezcla de fibras musculares de contracción rápida (que son buenas para generar fuerza explosiva pero se cansan rápidamente) y de contracción lenta (menos explosivas, pero más resistentes). Históricamente, se ha pensado que el tipo de fibras es hereditario, es decir, que no puedes cambiar tu genética. Pero cuando los investigadores tomaron una pequeña muestra de músculo de los cuádriceps de cada gemelo, encontraron perfiles completamente diferentes.  

El gemelo corredor tenía un 94% de fibras lentas, ideal para un atleta de resistencia, mientras que el gemelo no corredor tenía solo un 40%.  

Aunque siempre se ha sabido que el % de fibras se puede cambiar en una pequeña medida, esta diferencia fue mucho mayor que cualquier otra reportada previamente en gemelos idénticos.  

¿Y te preguntarás, que me quiere decir este con toda esta chapa?. Te voy a dar una noticia buena y otra mala. 

La buena es que todavía estas a tiempo de mejorar tus marcas y tú composición corporal. 

La mala es que el tiempo es limitado y que si empiezas a entrenar y alimentarte por tu cuenta, puede que tardes una eternidad en conseguir resultados, puede que no los consigas o en el peor de los casos, puede que te lesiones, enfermes o que lo dejes por falta de motivación. 

Sinceramente, yo no me lo pensaría dos veces. ¿A qué vas al médico cuando estás enfermo? ¿A que llevas el coche al garaje cuando tienes alguna avería?. Estás en el lugar y momento adecuado, yo te puedo ayudar. 

Y volviendo al estudio de los gemelos, lo que lo hace especial es la duración de la intervención. La mayoría de los estudios de entrenamiento duran unas semanas, o como mucho 1-2 meses. Pero si extiendes el tiempo a un año o más, la mejora que conseguirás será increíble. Te sorprenderás a ti mismo con el nivel que alcances. 

“El trabajo duro vence al talento cuando el talento deja de trabajar duro” – Tim Notke